El joven y el Tengu

Hace mucho mucho tiempo existió un pequeño país en medio del mar, pero este era un país de personas asombrosas, personas que buscaban en todo momento de sus vidas la maestría de sus artes, artes marciales, filosofía, potería, danza, estrategia. En esta isla existían maestros de toda clase a lo que uno pregunta ¿Cómo en un país tan chico existe tal desarrollo de las distintas artes? La respuesta aunque mucho no me creerán es bastante simple, esta isla no era inhabitada solo por humanos sino también por seres sobrenaturales, duendes, espíritus, demonios, etc. Aunque algunos de estos solo les interesaba asustar y crear problemas para los humanos otros más avanzados buscaba la maestría de algún método de vida ya sea marcial, de conocimiento o artístico. Estos seres al vivir mucho más que los humanos tuvieron el tiempo necesario para llevar sus habilidades a nuevos niveles. Generalmente estos maestros sobrenaturales nunca compartirían sus conocimientos con humanos a los que consideraban seres inferiores y de corta vida pero en algunos casos excepcionales después de varios eventos fortuitos y coincidencias sin precedente algún humano lograba convertirse en estudiante de estos maestros lo que después de varios años el transmitiría a otras personas así haciendo crecer la habilidades de las personas de este país a gran velocidad.
La historia de hoy trata sobre una de estas personas y su encuentro con el espíritu que marcaría su vida…

Esta historia transcurre en una pequeña aldea en la base de una montaña, esta al ser una aldea pequeña en vez de tener un nombre propio simplemente comparte el nombre de la montaña, “Takao”. En esta aldea vivía un pequeño niño con el nombre de Ma este no era un nombre común para las personas del lugar pero al pequeño Ma  le gustaba su nombre puesto que lo hacía sentir único.
Ma aún era muy chico como para trabajar en los arrozales de la aldea así que pasaba los días jugando en los campos o explorando la montaña. Hoy Ma se encontraba explorando de nuevo la montaña buscando caminos o lugares  que no hubiera visitado antes, mientras Ma exploraba las partes más profundas de la montaña tuvo la sensación de que algo no se encontraba bien puesto que alrededor de él solo se sentía un silencio sepulcral, no se escuchaba ni un animal, ni un insecto ni siquiera el sonido del viento pero en el momento que Ma deicidio volver a casa escucho como las hojas se movían detrás de él, Ma se giró rápidamente y vio caer enfrente de él algo que no había visto nunca en su vida, el ser que se encontraba ahora tirado en el suelo sin moverse tenía el cuerpo de un humano pero en vez de la cabeza de una persona él tenía la cabeza de un cuervo además de eso se podía ver como dos grandes alas negras salían desde su espalda, después de sus susto inicial Ma noto que aquel ser estaba herido y no se movía, Ma no estaba seguro de porqué pero él quería ayudarlo fue en ese momento que recordó las palabras de su padre “todo lo que un hombre necesita para vivir es el estómago lleno y algo para beber” así que el pequeño Ma tomo su frasco de bambú lleno de agua y sus bolas de arroz que habrían sido su almuerzo y las dejo al lado del extraño ser –come mi almuerzo y repondrás tus fuerzas- le dijo Ma al ser sin saber si este era capaz de escucharlo, luego de eso Ma creyendo que no podía hacer nada más volvió a su hogar.

Esa misma tarde pasaron por la aldea los guerreros del pueblo cercano, ellos venían por los impuestos semanales, el trato inicial era que ellos pagarían un impuesto a cambio de protección por parte de los guerreros  y derechos para comerciar en el pueblo sin costos adicionales, pero al pasar los años los guerreros se volvieron arrogantes y pararon de proteger al pequeño pueblo pero aun así venían a cobrar impuestos por sus “servicios” es decir extorsión, los guerreros al ser más grandes y fuertes por no decir que estaban armados se aprovechaban de los pobres aldeanos. Ma se enfurecía  cada vez que venían pero al ser chico y débil no podía hacer nada más que observar como los guerreros hacían lo que querían.
Al día siguiente Ma pensando que habrá pasado con el extraño ser subió de nuevo a la montaña en su búsqueda, el paso horas buscándolo pero no logro encontrarlo, justo cuando se encontraba por rendirse un fuerte viento lo rodeo y súbitamente el mismo ser que ayer había vito tan débil apareció enfrente suyo como si nada le hubiera pasado. “el niño de ayer” murmuro aquel ser.
Ma ahora más calmado ya que había pasado un día desde conocerlo le pregunto lo que había estado pensando todo el día anterior, que era aquel ser.
-Antes de responder tu pregunta dime esto, ¿Por qué ayer me ofreciste tu comida? La mayoría de las personas hubieran escapado solo con ver mi apariencia o por el otro lado al reconocerme como demonio otros habrían intentado quitarme la vida-
Ma respondió honestamente que no sabía porque lo había hecho simplemente lo hiso.
-¡Jajaja! De acuerdo responderé tu pregunta, yo soy lo que ustedes humanos se refieren a un Karasutengu un espíritu de la montaña con forma de cuervo, mi nombre es Kuromaru. Niño dime tu nombre-
Ma le respondió.
-¿Ma? Que nombre más extraño, pero no importa debo darte las gracias por la comida que me ofreciste ayer, dime que te gustaría-
Ma lo pensó levemente y le dijo a Kuromaru si podía deshacerse de los guerreros que venían a extorsionar al pueblo.
-Nosotros los espíritus de la montaña tenemos prohibido involucrarnos con los conflictos entre humanos pero si tienes la voluntad yo puedo enseñarte a defenderte de ellos-
Ma miro a los ojos a Kuromaru y asintió con la cabeza.
Desde ese momento en adelante Ma ascendía a diario la montaña y se juntaba en secreto con Kuromaru para aprender de él. Kuromaru le enseño a Ma las artes de guerras, el uso de tácticas, y múltiples conocimientos académicos, Ma resulto especialmente apto con las artes del sigilo, tácticas de combates y el uso de múltiples armas.
Al pasar los años Ma no solo siguió aprendiendo de Kuromaru sino que también empezó a tomar discípulos el mismo incluso viajando a tierras más lejanas en busca de jóvenes con el potencial de convertirse en su estudiante, mientras hacia estos viajes Ma tomo varios trabajos como mercenario ya sea en batallas o en misiones de sigilo y espionaje, Ma empezó a ser llamado Karasu no Ma a lo largo del país ya que sus técnicas por alguna razón creaban la imagen de un cuervo en la mente de sus aliados y oponentes. Por supuesto durante este tiempo los guerreros que extorsionaban al pueblo de Ma seguían a sus anchas aun cuando Ma quería detenerlos él no era estúpido y sabía que tenía que reunir sus fuerzas antes de oponerse a ellos.
Después de un tiempo Ma logro reunir suficientes personas bajo su mando como para oponerse a los guerreros, Ma fue a ver a Kuromaru antes de partir a la batalla.
-Ma, con esta batalla termina nuestra relación como alumno y maetro, después de todo tú me pediste la fuerza para proteger a tu pueblo, no tengo nada más que enseñarte, toma esto y trae la victoria a casa-
Después de estas palabras Kuromaru le obsequio a Ma una lanza totalmente negra.
-Esta es la lanza “Kagegarasu” forjada por mí, no existe escudo en este mundo que sea capaz de detenerla, úsala bien-
Ma hiso una reverencia hacia su maestro y partió al combate.

Ma y su clan atacaron durante la noche y tomaron por sorpresa a los guerreros, Ma usando sus conocimientos sobre guerra, estrategia y sigilo logro dirigir a sus discípulos con maestría hacia la victoria, Ma se encontró rápidamente con el comandante de los guerreros un hombre que durante años había disfrutado de una buena vida a base de los daños provocados al pueblo de Ma.
-Karasu no Ma…-
Sorprendentemente el comandante había logrado reconocerlo pero antes de que pudiera sacar la espada de su cintura Ma ya lo había cortado a la mitad con su lanza.

Después de este incidente Ma y sus discípulos se instalaron en el pueblo de Ma y siguieron protegiendo la aldea durante generaciones mientras creaban ingresos para ella trabajando como mercenarios para los distintos señores del país.
A lo largo del tiempo Karasu no Ma pasó a ser Karasuma y sus discípulos pasaron a formar el clan Karasuma, Ma decidió tomar el nombre de su maestro y usar Karasuma como su nombre familiar, el nombre de Karasuma Kuromaro se escuchó a lo largo de todo el país y sus hazañas pasaron a la historia para luego convertirse en leyenda.
Despues de eso todas las cabezas del clan Karasuma tomaron el nombre de Kuromaru y la lanza “Kagegarasu” como prueba de su liderazgo.

Esta es la historia de la formación del clan Karasuma del monte Takao.